Sinopsis:
Pocos personajes históricos despiertan un interés tan universal como este extraordinario caudillo de la paz, que fue llamado Mahatma («Alma Grande») Gandhi, líder del movimiento nacionalista de India y organizador de la resistencia civil contra la dominación inglesa.
MAHATMA GANDHI
Nacido en Porbandar en 1869, de familia humilde, se licenció en Derecho y sufrió diversas condenas por sus campañas políticas. En 1931 representó a la India en la Conferencia de la Tabla Redonda, celebrada en Londres. Fue asesinado en 1948, después de padecer innumerables persecuciones. Frente al lenguaje de las armas, su pacífico temple utilizó tan sólo una rueca para hilar. Su figura agrandada por el discurrir del tiempo, es reflejo de una gran voluntad, un fino y estricto sentido de la justicia y la libertad, que, cual perfume que embriaga, se descubre y admira a lo largo de las densas páginas de ésta su Autobiografía.
Es sin lugar a dudas el profeta de una vida liberada que extiende su ascendiente sobre millones de seres humanos de todo el mundo en razón de su heroísmo, excepcionales virtudes y por su vida ejemplar.
Siempre habrá alguien que encontrará en tan raro ejemplo de santidad la señal de una fortaleza y una severa realidad que no se encuentran en una vida de común benevolencia, moralidad convencional y vaga afectación ascética, que es todo cuanto muchos maestros pueden ofrecer.
«Quien busque la verdad debe ser tan humilde como el polvo. El mundo aplasta al polvo bajo sus pies; pero el que busca la verdad ha de ser tan humilde que incluso el polvo pueda aplastarlo. Sólo entonces, y nada más que entonces, obtendrá los primeros vislumbres de la verdad.
Si algo de lo que escribo en estas páginas choca al lector como expresiones contaminantes de orgullo, entonces debe presumir que hay algo erróneo en mi búsqueda y que mis vislumbres de la verdad no son más que espejismos".
Mi comentario:
La impresionante figura, y no precisamente por su tamaño, del Mahatma Gandhi siempre me ha seducido. Buscador incansable de la Verdad, sin creerse en posesión de ella y, sobre todo, sin quererla imponer a nadie. Su mensaje revolucionario aún no ha calado en las sociedades ni siquiera en su India natal pero es, sin duda, un importante granito de arena en la construcción de una vida más humana y tolerante. Superar la violencia que destruye y sustituirla por una acción creadora capaz de un mundo basado, no en la razón de la fuerza, sino en la fuerza de la razón.
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