Bienvenid@. En Te HABLO de LIBROS encontrarás sinopsis, reseñas y comentarios de libros que he leído y que, por alguna u otra razón me han interesado, o no. Es una tarjeta personal de mis preferencias, un autorretrato realizado a través del collage de libros que me han conformado y también el pago de un tributo a los textos que me hacen más llevadero el camino. Tus comentarios y sugerencias serán bienvenid@s.

lunes, 2 de mayo de 2011

Libro: ETTY HILLESUM. UN ITINERARIO ESPIRITUAL. Paul Lebeau.

Sinopsis:
De la contraportada: En junio de 1942, cuando ya se concretaban los signos de la aniquilación de la comunidad judía de los Países Bajos, una joven de 27 años escribía en una pequeña habitación de Amsterdam: <<Lo que vivo en mi interior, y que no es únicamente mío, no tengo derecho a guardármelo para mí sola...>>.

Ese mensaje, que ella confiaba con regularidad a unos modestos cuadernos escolares, nos produce hoy una viva impresión al llegarnos, como por un milagro, a través de medio siglo de silencio. Fue en 1981 cuando un editor se decidió a exhumar algunos fragmentos, que ya han sido traducidos a catorce idiomas. De pronto, nos encontrábamos no sólo >en presencia de una de las cumbres de la literatura holandesa>>, según el escritor Abel Herzberg, sino también ante un proceso interior de estremecedora intensidad. Como la misma Etty presentía, antes de desaparecer el 15 de septiembre de 1943 en el trágico anonimato de Auschwitz, <<será preciso que alguien sobreviva para atestiguar que Dios estaba vivo incluso en un tiempo como el nuestro. ¿Y por qué no iba a ser yo ese testigo?>>.

Su testimonio intensamente personal, reflejo de una luminosa aventura espiritual que se ha creado su propio lenguaje, a falta de referencias explícitas a toda tradición confesional, es también de una singular modernidad y anticipa lo que, muchos años más tarde, ha recibido el nombre de <<teología de después de Auschwitz>>.

Paul Lebeau, jesuita, ha sido profesor de teología desde 1961. Es autor de varias publicaciones en el campo de la Patrística, del ecumenismo, de los orígenes del arte cristiano y de la antropología de la vida religiosa. Actualmente, ejerce el ministerio pastoral entre el personal de las instituciones europeas de Bruselas y Luxemburgo.

Mi comentario:
Cuando me regalaron este libro cometí el error, sólo achacable a mi empanada mental, de creer que estaba ante la transcripción del diario de esta mujer con comentarios al margen que clarificaban el texto; pero me he encontrado, en esencia, con la descripción del autor que nos presenta su tesis del proceso por el cual la protagonista se va convirtiendo en una creyente muy cercana al cristianismo,  con incorporaciones al margen de los textos de Etty Hillesum que respaldan esa tesis. Esto me descolocó y me hizo muy difícil la lectura de las primeras páginas, no me interesaba en absoluto si ese proceso la hace más o menos cristiana, porque no aporta nada relevante al testimonio personal vivido por Etty que, aunque hubiera permanecido en el judaismo, cosa que no descarto pues sólo he tenido acceso a una pequeña parte de su diario, sería igual de impresionante.

Su diario cuenta con cerca de ochocientas páginas y este libro tiene poco más de doscientas de las cuales casi la mitad son comentarios del autor, con lo cual los textos reproducidos en comparación con el original son escasos y además escogidos con una determinada intención, que puede resultar muy interesante para algunos, es claro que su experiencia religiosa fue central en el proceso que vivió, pero si esto la hace más o menos cristiana, como ya he dicho, en mí no suscita interés alguno.

Dicho esto, el balance final de la lectura es muy positivo, el lector descubre, a través de los párrafos originales que aparecen en el libro, a una persona de todo punto interesante, inteligente, compleja, sincera en sus reflexiones, contradictoria en algunas de sus acciones, pero muy rica en saber discernir su realidad y el porqué de su comportamiento. Etty Hillesum era una joven judía más bien frívola, muy curiosa sexualmente, rebelde con la familia y que está abierta a cuanto la rodea en Deventer, pequeña ciudad de la Holanda oriental. Le gusta la filosofía y es una gran lectora. El comienzo de la II Guerra Mundial y la persecución a los judíos iniciada también en ese país, va desmoronando su mundo y la confrontación con la dura realidad la hace enfrentarse al devenir desde el descubrimiento de un Dios que la puede acompañar aunque no pueda hacer nada por evitar el holocausto.

Etty Hillesum encuentra trabajo en el Consejo Judío, un órgano nacido bajo presión alemana y que sirve de puente entre los nazis y la población judía. Esta labor es muy desconcertante visto desde aquí, al fin y al cabo, colaboraba con el invasor, aunque fuera prestando ayuda a los judíos que llegaban a Westerbork, campo de tránsito hacia Auschwitz, pero que, entre otras cosas, confecciona las listas de los judíos que cada semana han de ser deportados. Esta contradicción y la degradación de la dignidad humana que la rodea en tantas personas conocidas por ella, personas normales que llevaban una vida normal, integradas en una sociedad democrática y que se dan de bruces con una brutalidad no esperada que las atropella convirtiéndolas en culpables de no saben qué delito, la hacen madurar, recogerse en sí misma y enfrentarse a la situación desde el convencimiento íntimo de que, entre tanta barbarie, sólo el amor al género humano puede romper el círculo vicioso de violencia, odio  y venganza. Sentimientos éstos que afloran como reacción natural a la ignominia.

Resulta muy difícil saber cómo puede uno reaccionar en situación semejante. La humillación a la que fueron sometidos, el sufrimiento por los familiares y amigos, la impotencia para poder ayudarlos, la angustia y el miedo a ser deportados, con la única certeza de que te has salvado esta semana pero te puede tocar la próxima, hace muy difícil aventurar una conducta. El testimonio de Etty Hillesum  sobre las situaciones que vivieron en el campo, te deja un pozo de escándalo e indignación. Tampoco comprendes cómo el estado de Israel mantenga a poblaciones entera de palestinos en una situación muy semejante a los guetos que ellos padecieron.


Os dejo algunos pasajes del diario:
"Nos han despertado a las cuatro de la madrugada. He cobrado fuerzas con tu obra maestra de pastel, mi buena Käthe, antes de volver a sumirme en el paisaje nocturno de Westerbork. Primero nos han desinfectado con lisol, pues los convoyes de Vught traen siempre muchos piojos. Desde las cuatro hasta las nueve he estado llevando a niños deshechos en lágrimas y arrastrando maletas para aliviar a mujeres agotadas. Era duro y desgarrador. Mil seiscientos, entre mujeres y niños de poca edad (para esta noche se espera otro convoy de la misma importancia), mientras que los hombres han sido retenidos voluntariamente en Vught. El tren ya está preparado para el transporte de mañana por la mañana (Jopie y yo acabamos de dar una vuelta por allí). Grandes vagones de ganado vacíos. En Vught mueren dos o tres niños cada día. Una mujer anciana me ha preguntado completamente desamparada: <<¿ Y usted podría explicarme por qué debemos sufrir tanto nosotros, los judíos?>> No he podido responderle. Una mujer con un niño de cuatro meses, al que no ha podido alimentar desde hace días más que con sopa de coles, me ha dicho: <<Repito sin parar: ¡Ah, Dios mío! ¡Ah, Dios mío! Pero ¿existe Dios de verdad?>>.(pag. 640)

Todas las angustias nocturnas y las soledades de una humanidad que sufre atraviesan de pronto dolorosamente este pequeño corazón mío ¿Qué tengo, pues, intención de emprender este invierno? Más tarde viajaré por todos los países de tu mundo, Dios mío. Siento en mí esta llamada que atraviesa todas las fronteras y que descubre en todas tus criaturas, tan diferentes y en mutuo conflicto unas con otras por toda la tierra, algo común a todas. Y quisiera hablarles de eso que tienen en común, con una pequeña voz muy suave, pero hasta el final y con convicción. Dame las palabras y la fuerza para decírselo. Quiero, en primer lugar, estar presente en medio de los conflictos y entre los que sufren. ¿será entonces, quizá, cuando tenga derecho a hablar? Esta intuición no cesa de brotar en mí y de caldearme el corazón, incluso en los momentos más difíciles de vivir: ¡a pesar de todo, la vida es muy bella! Es un sentimiento inexplicable. Aparentemente, nada lo justifica en la realidad en que vivimos. Pero, a pesar de todo, existen otras realidades diferentes de aquellas de las que hablan los periódicos y de las que tratan las conversaciones jadeantes de las gentes aterrorizadas. Existe también la realidad de este pequeño ciclamino rosa y la de este inmenso horizonte, que siempre podemos descubrir detrás de los rumores y de la confusión de estos tiempo. Dame una sola línea de poesía por día, Dios mío; y si alguna vez no puedo escribirla, por no tener ni papel ni luz, la recitaré muy suavemente por la noche, con los ojos levantados hacia tu inmenso cielo.(pag. 563).

Entre los que fracasan en este árido palmo de landa de quinientos metros de ancho por seiscientos de largo, se encuentran también grandes <<vedettes>> de la vida política y cultural de las grandes ciudades. Los decorados teatrales que les protegían han sido barridos de pronto por un formidable escobazo. Y aquí están, todavía temblando y desorientados, sobre este escenario desnudo y abierto a los cuatro vientos que se llama Westerbork. Sus rostros, arrancados de su contexto, tienen todavía la aureola de la atmósfera, palpable, que se adhiere a la vida agitada de una sociedad más compleja que ésta... La sólida armadura que les habían forjado la posición social, la notoriedad y la fortuna ha caído en pedazos, dejándoles por todo vestido la delgada camisa de su humanidad. Se encuentran en un espacio vacío, delimitado sólo por el cielo y la tierra, y que ellos mismos tendrán que amueblar con sus propios recursos interiores: es lo único que les queda. Hoy nos damos cuenta de que no basta en la vida con ser un político hábil o un artista de talento. Cuando llegamos a tocar el fondo de la angustia, la vida exige otras cualidades muy distintas. Sí, es cierto, seremos medidos con la vara de nuestros últimos valores humanos" (Carta a dos hermanas de La Haya, diciembre de 1942, pp 628-629).

10 comentarios:

  1. Yo no sé que ha pasado. Dices que el balance ha sido positivo, y la verdad es que añades unas cuantas cosas que lo hacen interesante, pero me puede tu primera parte más negativa, y para no ser justa, por qué no decirlo, todo lo relacionado con el tema judío me cansa una barbaridad. Sé que no debería decirlo, pero me cansa. Empiezo a pensar mal, cómo es posible que no paren de salir libros y más libros dedicados a este asunto.
    Aún así, tengo en mi mesilla de noche el de "Si esto es un hombre" de Primo Levi, por ser de los primeros en escribir sobre esta tragedia, pero sólo por eso.
    Un abrazo sr. Cabello (disculpa mi desfogue)

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  2. Icíar, no tengo que disculpar nada, te agradezco tu sinceridad y no me sorprende tu desconfianza. Hay que mantener viva esa historia tremenda del Holocausto imagino que para compensar la historia actual, no obstante lo cualo, una cosa no descalifica a la otra. Lo que he tratado de transmitir es que por encima del narrador está la protagonista y su experiencia que merece la pena conocer, aunque sea a través de un filtro. Hubiera preferido encontrarme con la transcripción del manuscrito sin más, pero es lo que hay.
    Un beso.

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  3. Gracias Antonio, por otro libro que no conocía y seguro que leeré. Pero tengo que encontrarle su momento adecuado. Y es que cada vez que leo acerca de estos temas, antes tengo que prepararme. Y ahora, después de haberme quedado impactada con La ciudad de la alegría, necesito cosas más ligeritas. Pero apuntado queda, y seguro que, tarde o temprano, caerá.
    Besotes!!!

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  4. Margari, gracias a ti por asomarte por aquí. Ya he leído tu reseña de "La ciudad de la alegría", enhorabuena, me ha gustado mucho.
    Besos.

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  5. Resulta curioso como el escenario de una epoca tan dura posea tantas historias de vida, el libro es una historia unica por supuesto y debo decir que tus reseñas mejoran cada vez más querido Antonio; pero no creo que me apetezca leer otro libro sobre este periodo porque estoy a favor de muchas de las cosas escritas por Icíar, el tema nazi esta para que le den un respiro en editoriales.

    Abrazos

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  6. Nyra, gracias por tu comentario. Estas historias tienen su momento y para quienes no hayan leído nada del tema es interesante hacerlo y reflexionar sobre esa época. Pero es cierto que la oferta es infinita y puede saturar.
    Un beso.

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  7. Me pasa un poco como a Icíar, aunque dices que el balance ha sido muy positivo, me quedo con la primera parte, preferiría leer su diario que las notas y comentarios del autor. El diario de Ana Frank me gustó mucho y pensaba que este libro era de ese estilo, pero ya veo que no, así que lo descarto. De todas formas, todo lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto me fascina. Muchos besos!!

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  8. Goizeder, estoy de acuerdo, es una pena que no sea su diario íntegro, pero bueno las pinceladas que ofrece sí te ayudan a calibrar lo que fue su experiencia. Imagino que más adelante publicarán el diario completo, es cuestión de esperar.
    Besos.

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  9. Shalom Antonio, Etty Hillesum fue voluntaria en Westerbork. Su motivación fue ayudar a su prójimo, tuvo libre entrada y salida al campo hasta que fue compelida a quedarse en él, prisionera. De modo alguno puede ser acusada de colaboracionista! El comparar los guetos con las poblaciones palestinas en la actualidad no obedece a la verdad y está fuera de contexto! Con los judíos se hizo una eliminación racial. Los palestinos no viven en guetos! Desde hace cerca de 70 años no aceptan tener su propio estado... o todo-sin Israel- o nada!Donde aparece el texto "Hilleman", por favor corregir a "Hillesum". Gracias!

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    1. Shalom, gracias por tu comentario y por la indicación del error, ya está corregido, creo. No comparto la visión de la situación actual, al igual que pasó en los guetos judíos, los palestinos de Gaza están cercados, hacinados y controlados en todo momento.¡Un saludo!

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