Sinopsis:
Entre los número primos hay algunos más especiales, son los conocidos como primos gemelos y se caracterizan porque entre ellos están separados por un número par, de manera que van consecutivos pero nunca llegan a tocarse, es el caso, por ejemplo, del 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43.
A partir de esta metáfora Paolo Giordano pone de manifiesto en "La soledad de los números primos", una realidad que de alguna forma nos representa a todos en la medida de nuestras propias soledades.
Los protagonistas de la historia son Alice y Mattia, dos personas cuyas vidas han quedado condicionadas, de manera irreversible, por sendos episodios ocurridos en su niñez. Las circunstancias harán que se encuentren y que sus peculiares formas de enfrentarse a la vida les haga atraerse de manera poderosa a la par que imposible.
El autor con tan sólo unos envidiables veintiséis años, se ha convertido en el fenómeno editorial más relevante de los últimos tiempos en Italia. Ésta es su primera novela, licenciado en Física Teórica, casi na, ha sido galardonado con el Premio Strega 2008 -el más importante de Italia- y ha conseguido un éxito sin precedentes para un autor novel: más de un millón de ejemplares vendidos.
Mi comentario:
Me resulta difícil hacer una valoración equilibrada del libro porque son muchos los puntos de vista desde el que se puede analizar. Por un lado, está la metáfora de los números primos que me parece sencillamente genial, soy de los que creo, en mi supina ignorancia, que las matemáticas están presentes en todos los aspectos de nuestra vida y que, por tanto, en gran parte explican sucesos y circunstancias que tienen una lógica aunque desconozcamos la fórmula que les da sentido.
Por otro lado, está el análisis de la complejidad que tienen sus personajes, justificada por unos hechos ocurridos en la niñez que les marca de manera trágica. De ahí nace una personalidad compleja y, por momentos, desesperante para el lector. Ambos protagonistas se nos presentan marcados de por vida y de manera ineludible. Siendo la soledad el común denominador y, a la vez, la barrera infranqueable. De alguna manera, todos nos podemos sentir identificados, porque, de alguna manera, todos estamos solos. Y cada uno puede gestionar sus soledades de la forma más gratificante que le sea posible, pero es importante reconocerla y enfrentarla.
Por otro lado, están las figuras de los personajes que giran alrededor de los protagonistas y que hacen el papel de los número pares. Los pobres, están ahí en medio y estorbando, pero intentan aliviar la soledad de sus vecinos ordinales aunque más bien lo único que consiguen es contagiarse de su tristeza. Quienes hayan leído el libro entenderán lo que quiero decir y a quienes no lo hayáis leído no os puedo decir más, que ya he dicho bastante.
Por un último lado, está el tema de la historia en sí, que me ha resultado muy dura desde el principio hasta el final. No por nada, sino porque duro es el comienzo y duro es el final y en medio pocas ocasiones para el respiro y mucha frustración, en los personajes y en el lector. Quiero decir con esto que no es un libro ligero, no tiene muchas páginas y se lee rápido porque engancha, pe_ro_no_es_un_li_bro_li_ge_ro.
Por poner algún pero, para mí se trata el tema de la anorexia sin saberse muy bien a qué viene. Porque ni profundiza, ni explica, ni llega realmente a confrontar esa dura realidad que sólo es utilizada como telón de fondo. Después de leer este libro sigo sin poder comprender qué puede pasar por la cabeza de esas personas para caer en una trampa tan degradante y eso creo que está en el debe del autor.