Libro: LOS PERROS Y LOS LOBOS. Irène Némirovsky

Sinopsis:

Publicada en 1940 -año en que Irène Némirovsky huyó de París en compañía de su marido y sus dos pequeñas hijas para refugiarse en un pueblo de la Borgoña-, ésta es la última obra que la autora de la magistral "Suite francesa" publicó en vida, dos años antes de su deportación y asesinato en Auschwitz.


En "Los perros y los lobos", Irène Némirovsky recupera recuerdos autobiográficos de su infancia, de su propio exilio -poco antes de la revolución bolchevique- y de su Ucrania natal para hacernos viajar al París que también a ella acogió y en el que transcurre la segunda parte de la novela.


Ada es la principal protagonista y su destino está unido a sus primos, Ben y Harry Sinner; tres judíos que proceden de un mismo tronco familiar pero que disfrutan de diferente suerte en su posición social. Irène Némirovsky profundiza en sentimientos y en las circunstancias históricas que envuelven ese periodo convulso tras la Gran Guerra; en esa época, como en tantas otras, los judíos, impenitentes exiliados, vivían rodeados de  resentimiento y desconfianza, ya fuera en sus países de origen o en aquéllos a los que se veían obligados a emigrar; se estaban dando los primeros pasos a la Segunda Guerra Mundial.


A Ada y a Ben las circunstancias les lleva a compartir casa y vida desde su niñez. Un agitado día, se cruzan con otro primo lejano, Harry, que vivía en la parte alta de la ciudad, la zona rica, y para Ada todo cambia. Las vidas de estos tres personajes principales se encuentran en la infancia y se vuelven a cruzar en la juventud conformando un triángulo de amor y dependencia del que ninguno puede ni quiere escapar.

Mención singular tiene la propia autora cuya vida merece también ser inspiración de alguna de sus novelas. Némirovsky nació en Kiev en 1903, en el seno de una familia judía de alta clase social. Cuando estalló la revolución rusa, su familia se trasladó a Francia, donde Irène pudo continuar sus estudios, licenciándose en Letras en 1926, el mismo año que se casó con Michel Epstein. Desde muy pronto comenzó a escribir y ya con su primera novela, "David Golder", consiguió un gran éxito de crítica y lectores. Se convirtió en toda una referencia de la escena cultural parisina mientras seguía publicando, pero la llegada del gobierno de Vichy supuso un duro golpe para la familia. A pesar de convertirse al catolicismo en 1939, la familia fue víctima de las leyes antisemitas y en 1942 fue deportada a Auschwitz donde murió de tifus. Su marido corrió la misma suerte, y moriría en el mismo campo de concentración en la cámara de gas. Sus hijas sobrevivieron escondidas y ayudadas por amigos, y serían precisamente ellas las que custodiarían la maleta que contenía las obras inéditas de su madre. Gracias a ellas podemos hoy disfrutar de muchas de sus obras que de otra manera se habrían perdido para siempre.


Mi comentario

Descubrí a esta autora a través de su novela "La suite francesa" y me apunté en su lista de fans, con nombre y apellidos. Así que cuando descubrí este nuevo título ojeando en las librerías no dudé en tirar de tarjeta e incluirlo en la última remesa que compré hace meses y que acabo de agotar con esta lectura; así que, acabada esta reseña, me encuentro que no tengo libro virgen al que meter mano, situación que he de solucionar mañana y sin falta.

"Los perros y los lobos" se lee sin darte cuenta. También aquí quedas asombrado en la capacidad que tiene esta mujer para profundizar en los sentimientos del alma humana, con su difusión de colores y contrastes que hacen de cada persona un ser único. Observar las diferentes maneras que tienen los distintos personajes de afrontar la vida y poder comprenderlos es posible, sin duda, gracias a la maestría de la autora para diseccionar lo íntimo y explicarlo de manera convincente.

No quiero contar mucho, pero en esencia esto va, en primer lugar, del amor, del incomprensible acto de quedar enganchado a alguien aún sin saber muy bien por qué, pero que te determina; del Amor con mayúsculas que mira al otro y por el otro. Y también va, en segundo lugar, de la vida, de la vida en aquellos años veinte, con sus anhelos propios y de la vida de los judíos que tenían su propia manera de entender las cosas y la vida.

Así que empiezo el año recomendando este libro sin dudarlo y a esta autora que la monstruosidad se nos llevó tan joven pero que aún estamos descubriendo. Espero que quienes os animéis la disfrutéis, aunque son historias tristes, muy tristes, como su propia vida lo fue; pero siempre queda abierta la puerta de la esperanza.